Arranqué las hojas de Crimen y Castigo con las manos y las corté en tiras alargadas con la tijera de papel. En cada tira escribí un deseo en tinta roja. Una a una las aguijoneé en los salientes de la lámpara que me ilumina mientras trabajo. Entonces, cuando la inspiración no llega, cojo una tira, la leo, y escribo sobre las palabras cortadas de Dostoievski.
3 comentarios:
¡Au! Eso duele...
Buen ejercicio de amputación y estilo.
Hola Twyggy, que tal? no se si te acuerdas de mi. He encontardo tu blog de casualidad y me ha encantado. Lo leere asiduamente en busca de inspiracion
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