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domingo, 26 de junio de 2011

INTERNET CAMBIA LA COMUNICACIÓN

Contesto a un interesante texto de Gonzalo Martín http://gonzalomartin.tv/2011/06/sindrome-berlusconi-ley-sinde-canon.html, un compañero que apunta que la única salida para recobrar la legitimidad es abordar los debates que se manifiestan en la red. No puedo estar más de acuerdo con él en ese punto, pese a que su texto me dirige, de nuevo, a una reflexión con la que llevo semanas debatiendo respecto al tema de la comunicación e información, como base, y de ahí derivar hacia el terreno de arenas movedizas en el que algunos proponen, con lógica, deberíamos estar. 

Por un lado creo que hay dos mundos paralelos: el de la mayoría clásica, 50 para arriba, clase media (todo el arco) y burguesía que todavía le dedican horas a la televisión, sus canales, sus programas, de mejor o peor calidad, con más o menos censura, y prácticamente sin cuestionarla. De ahí hay un nutrido grupo que además consume prensa deportiva, prensa informativa diaria y revistas "infernales" de cotilleo. Así las secciones periodísticas se corresponden exactamente con el porcentaje dedicado a los programas televisivos de las grandes cadenas. Ahora bien la clase media creativa y universitaria utiliza internet. Suele se la más crítica y la que realmente conoce las ventajas de internet (hasta que no lo capen del todo) pues muchos llevamos más de quince años trabajando con ordenadores y utilizando la mayoría de las herramientas que proveen. Eso es, hemos madurado. Los cibernautas, que además de serlo son abogados, diseñadores, arquitectos, médicos, periodistas, músicos, policías (sin entrar en las enfermedades naturales de cada uno) hemos madurado con el medio y el medio ha crecido con nosotros, internet es nuestra fuente de alimento diario, a veces un alimento sano, otras alimentos transgénicos de dudosa procedencia. Pero ahí estamos nadando en el agua que poco a poco se contamina con la heterogenidad global. Es lógica aplastante. Y tiene grandes ventajas y algún que otro inconveniente. 

1. Los acontecimientos de los últimos años han demostrado y vienen demostrando, cada día más, posiblemente gracias a las redes sociales, que el emisor y el receptor de la comunicación en este medio es la misma persona o grupo de personas. 
- El Movimiento 15 M, como ejemplo de retroalimentación dentro de un grupo de personas que pueden comunicarse y crear acciones concretas gracias a las redes. Los participantes generan, crean la información entre ellos, la comparten, asimismo como se convierten en hash tag y los culturetas de turno no quieren seguir en los lomos del mainstream, escriben sobre el movimiento (retroalimentados, básicamente, por la información que consiguen de internet). Los propios periódicos y televisiones, acceden a esa información, la piden y dan prioridad en algunas de sus secciones y en internet a algo que se les escapa de las manos: vídeos y fotos, cientos, miles, gratuitos, generados por el propio espectador del evento en el que participa. Y los medios tienen que ajustarse a esta gratuidad de la información que se genera en la calle. Es ahí donde podemos entender que la comunicación lleva tiempo cambiando y que internet chilla y los políticos escuchan (otra cosa es que hagan algo al respecto). Pero mi pregunta es ¿la red genera a día de hoy la suficiente opinión pública de aquellas otras clases y sectores sociales que no utilizan internet a menudo y que son las que firman los acuerdos en los despachos? ¿O basta una sola noticia en un informativo que ven tres millones de personas y varios titulares en la prensa escrita para tirar por la borda críticas sensatas que se generan desde la red? 

2. A su vez que un falso emisor puede contaminar a miles y millones de usuarios en red, para llevarles a cometer determinadas acciones. 
- La Primavera Árabe, se inició como un movimiento en la red. Y cuando comenzaron las movilizaciones se caparon las redes sociales para que los usuarios no pudieran comunicarse. Demasiado tarde, lo que iniciaron esos movimientos, esas ansias de un cambio (a saber hacia donde) no estaban en las plazas de Egipto, ni Túnez, ni Argelia, ni Yemen... Estaban en sus despachos utilizando las redes para propagar un virus y conseguir conejillos de indias, gratis, para ir a hacer la guerra e implantar esa supuesta democracia ¿conoce alguien algún país 100% democrático? y por lo tanto expandir las redes comerciales globales para que el monstruo siga vivo. Ya sabemos quien está detrás. 

3. El efecto dominó que surge con el mainstream de los cuatro anonimos que saben que las estructuras sociales y culturales de los países han cambiado y sin embargo los gobiernos siguen copiando esquemas antiguos. Es curioso en este caso que Mac, la nueva secta de los tecks, según algunos estudios los usuarios de Mac creen en sus productos por pura fe, no porque sean mejores (a saber quién ha hecho el estudio). Pero curiosamente esta misma macro empresa americana entiende cómo avanza la tecnología y la sociedad y la cultura y sus productos generan cambios de hábitos.  En España con la ley Sinde ardieron las redes sociales y los cibernautas más avezados, los hackers, los piratas y los usuarios que estamos cansados de ver que si damos sin pedir ¿por qué no recibir? (que somos la mayoría según estipula la ley firmada por unos pocos que no saben lo que se cuece en los entresijos de las redes), se generó un movimiento de cansancio y crítica y la batalla que llevó a seguir luchando en otras plazas. Mientras las grandes compañías entienden la absurda celeridad en la que vivimos, los gobiernos siguen enquistados en las leyes obsoletas y absurdas sin contar con parte de una sociedad más preparada, mejor formada, más crítica y más solidaria que las generaciones del postfranquismo, necesitadas de guardar ante el miedo hacia una nueva dictadura. 

Pues bien, dictaduras las sigue habiendo, y muchas. Y es por eso que parte de la sociedad se ha vuelto solidaria de boquilla y algunas personas de acción. Son las dictaduras de los mercados financieros, de los grupos de poder. Nosotros, los que vivimos aquí abajo ahora lo que cuestionamos es algo que podría afectar (negativamente y con suerte) a esas élites de poder:  la comunicación sin feedback entre emisor y receptor que no se conocen. Esto hoy se ha quedado totalmente obsoleto, aunque interese seguir practicándolo. Y aunque la gente informatizada sea menor que la gente que tiene acceso a la televisión (recordemos que casi todas las casas cuentan con un televisor, que hace compañía y decora) mientras que ordenadores no los hay todavía en todas las casas aunque sí en la mayoría de los trabajos, se está viendo, cada día con más fuerza que se  está implantando lo que se hablaba allá por los 90 cuando yo estudiaba periodismo: el objeto único  (televisión, prensa, radio, navegación, correo, compartir ideas, fotos, comprar, vender, etc). O sea un 3 en 1. Cuando eso llegue a todas las capas sociales, cuando por fin esté al 90% implantando, esto que surge cada día no son más que los prólogos que apuntan los estados para poder manejar a la sociedad global con las redes, todos podremos tener acceso a todo en el sentido de que generamos y compartimos (no habrá medios detrás beneficiándose de las noticias que nosotros generamos). Emisor, receptor y medio se convertirán en la misma cosa. Y esa misma cosa deber ser crítica, siempre, con todo lo que esté fuera de esa nueva forma de comunicarse. Sin mente crítica y sin acción no habrá victoria. La paciencia pasiva solo es buena para el pastor que tiene que cuidar los rebaños. ¿Todavía seguimos creyendo en los rebaños y en la necesidad de pastores y perros guardianes para cuidarlos? No, nosotros ya no. Todo debería pertenecer al pueblo, que es el quien genera el trabajo, la riqueza, la cultura, la información... Con un poco de suerte, si no vencen los falsos estados totalitarios aparentemente democráticos en épocas de crisis, y ni digamos ya lo no democráticos, sucederá que algún día, pronto, y en las escuelas enseñarán a tener mentes crítica y a saber quien es el topo que trata de meternos un virus en nuestras autopistas, unos por boicot egoísta, otros por enfermedad, otros por intereses económicos... Los estados con sus leyes caducas, sus gobernantes que saben mucho de esas leyes caducas y de comportamiento mediático, y poco de sensatez, solidaridad y lógica ya saben de sobra que deben actualizarse o morir (deben ahora barrer para el pueblo y no para su casa). Nosotros estamos preparados. En una sociedad como la que estamos viviendo ellos  empiezan a dejar de tener sentido. Y lo único bueno de todo es que lo saben. Siendo así esto confiemos en que la forma de comunicarnos cambie, para mejor, todo lo que nos rodea.