domingo, 21 de enero de 2007

NOVELAS Y GUIONES

Celebro el final de mi primera novela corta terminada. Hay otras que de momento no he concluído. La emoción y el efecto internos son muy parecidos a cuando terminas un guión, solo que con éste asumes que el trabajo no es más que el princpio de una ardua lucha para llegar a contemplar tu historia en una gran pantalla, si es que tiene la posiblidad de llegar a pasar. Con el remate de una versión de novela, por mala que sea (también hay guiones malos, muchos, demasiados y algunos maravillosos), te sientes más realizado, porque lo lea alguien o no, tú mismo sabes que es un trabajo completo. Este es uno de los motivos por los que a los guiones no se les quiere dar categoría de obra literaria, porque están en continuo proceso de cambio, desde su primera escritura hasta la fase de la posproducción de la película. Es un buen ejercicio practicar estas dos formas de entender la ficción, que en esencia vienen a ser lo mismo. Lo único, saber de anteamno, que las novelas son mucho más agradecidas que los guiones, por unos cuantos motivos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué bien, querida! ¿Y cuándo nos harás partícipes de la obra?