martes, 25 de noviembre de 2008

STORYTELLING



Hace seis días caminaba por la plaza de Alonso Martínez sumergida bajo mis pensamientos y tapándolos con la bufanda de mi bisabuela. Sin verle venir me tropecé con un señor con una maleta gris claro. Y mis carpetas, su agenda y su libro cayeron al suelo, creando un gran caos entre sus papeles y los míos. Los dos, como en los mejores planos preparados de las películas, nos agachamos a recoger lo que suponíamos nuestro. Nos pedíamos constantemente perdón mientras recogíamos un papel por aquí, una nota por allá, una hoja que volaba y que los dos intentábamos coger al vuelo... Así hasta que lo único que quedó en medio de los dos fue un libro de tapas blancas en el que se leía: Storytelling. La máquina de fabricar historias y formatear las mentes. Como él no hacía ademán de cogerlo, aunque yo era consciente de que no era mio, me agaché y lo cogí. El peso era el adecuado para mis escapadas en tren o en avión después de un guión terminado. Así se lo hice saber. El señor de la maleta gris, al que después de unos minutos creí reconocer, me dijo que me lo regalaba. Me vendría bien. Se me notaba en la cara. Me pareció inoportuna su intromisión; mientras mis manos se deslizaban por las tapas suaves del libro y seguían con cautela las letras negras de la portada. De todos modos fingí la mayor de las alegrías al recibir un regalo inesperado. Él tan solo me pidió a cambio que una vez terminara de leerlo le diera mi opinión. Sacó una tarjeta del bolsillo y la metió entre las páginas del libro, a modo de separador.
Lo haré -le dije. Cuando encuentre un hueco en mi apretada agenda.
Él sonrió.
Lo harás pronto -contestó. Dicen que este es uno de esos libros que una vez que se empieza no se quiere soltar.
Volví a mirar el libro.
Es bueno saberlo -sonreí.
Más que en el libro, estaba pensando en cómo corresponder al individuo desconocido que me hacía el regalo y que a la larga terminé dándome cuenta de que cualquier parecido con la realidad no era mera coincidencia, o eso fue lo que supe una vez digerido el texto. A cambio, antes de que se fuera, le regalé un bolígrafo de dos colores: rojo y negro, que él aceptó agradecido. Y me fuí en dirección al metro con mis carpetas y el libro de Storytelling.
En el metro abrí el libro por la página donde estaba la tarjeta del señor de la maleta gris y leí lo siguiente:
"... unos días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la prensa internacional se hizo eco de una reunión entre altos responsables del ministerio norteamericano de Defensa y numerosos guionistas y realizadores de Hollywood. Entre ellos, John Milius (el coguionista de Apocalypse Now), Steven E. de Souza (el guionista de Jungla de cristal) y, más sorprendente, Randal Kleiser (el realizador de la comedia musical Grease)... Las conclusiones de este grupo de reflexión nunca han sido hechas públicas, pero la prensa retomó la tesis oficial según la cual esta reunión tenía por objetivo pedir a los guionistas de Hollywood que imaginaran posibles tramas de un futuro ataque terrorista y las las respuestas que se podrían aportar.
... Paradógicamente, es un novelista, Don DeLillo en quien ha recaído la tarea de reconstruir esta ilusión. Como había hecho con la empresa de ficción, ha descrito la sociedad norteamericana como un universo saturado de ficciones, hechizado y quijotesco, en el sentido de que se prefiere la ficción a lo real y donde sus héroes más famosos (Kennedy, Hoover, Nixon, Sinatra, Marilyn, Oswald...) se comportan como personajes de ficción.
... La reunión de los oficiales del Ministerio de Defensa y los guionistas de Hollywood se inscribía en la atmósfera irreal, sobrecargada de ficciones y de intoxicaciones que siguió al atentado del 11 de septiembre de 2001. No tuvo lugar en unos locales del Pentágono, sino en el Institute of Creative Technologies en Los Ángeles. El hombre que tuvo la iniciativa de esta reunión no es otro que Karl Rove, el arquitecto de la "estrategia de Sherezade", el que iba a presidir la reconfiguración del mundo tras el 11 de septiembre, difundir sus ficciones, ocuparse de esos misterios en suspenso y de esas coincidencias que hacen las cosas reales: el hombre de una nueva política transficcional, el storytelling de guerra. Lo que los terroristas habían destruído, los arquitectos d ela estrategia de Sherezade sabrían reconstruirlo proponiendo una contranarración."
Nada más terminar de leerlo decidí escribir al señor de la maleta gris. Su nombre venía en la tarjeta de visita: Christian Salmon, para mi sorpresa el autor del libro. Le escribí a la dirección de correo electrónico la siguiente nota: Gracias, un libro necesario, sorprendente y bien documentado. ¿Usted cree que debería ir a trabajar a Hollywood?
Hoy he encontrado su respuesta en mi bandeja de entradas: No se preocupe, su trabajo no ha hecho más que empezar. Ya no es necesario Hollywood ni los asesores políticos americanos para ficcionar la nueva realidad, aunque ellos tengan un poco más de experiencia. C. S.
Y en mi último e-mail escrito hace tan solo unos minutos, le decía: Gracias por sus consejos. Me iré a Hollywood y crearé mi ficción alternativa fuera de la realidad.
Su respuesta acaba de llegar: ¿Se refiere a la contranarración? De no ser así... Dudo que lo consiga, pero le deseo toda la suerte del mundo. C. S.
Cierro las tapas del libro y miro la contraportada antes de colocarlo en la estantería en la sección de releer: "Uno de los méritos del Storytelling de Christian Salmon es esclarecer el sentido de las historias que nos cuentan y arrojar luz sobre un gran malentendido: nosotros no construimos las historias, o mejor, no somos autores de su sentido: este viene dado y muy acotado para que no lo forcemos ni cambiemos". Miguel Roig, el prologuista de Storytelling en su edición en español y Director Creativo Ejecutivo de Saatchi & Saatchi.
Salmon, Christian. Storytelling. La máquina de fábricar historias y formatear las mentes. Península. 2008.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

yo que tú le daría la url de tu blog, igual te sale algo por ahí

un abrazo de otro escritor que también te quiere regalar su libro

s

Anónimo dijo...

joe, qué ganas de leer el bolígrafo a dos colores de una vez!!

Muy bueno este, Twigg.

2Win dijo...

Amor, ya se por qué te has puesto ese nombre... ;) Me resulta interesante que me regalen libros, casi tanto como leerlos, dice muchas cosas del que te lo regala... Hay todo un ritual de acercamiento a varios nieveles entre dos vidas compartiendo una lectura... Seguro que el tuyo caerá en mis manos el año que viene.
Y Alberto M (de "Muñeco" de peluche) que por lo que cuenta entiendo que está mejorando... Ya me contarás que te parece cuando lo pintes... Páginas pares en negro, impares en rojo. Creo que este jueves tampoco podrá ser; iré por la mañana a una reunión y no se si estaré hasta las cinco por la zona... De no ser así te recompensaré el año que viene. x

Anónimo dijo...

Yo estaré a las cinco en el hotel. Como veas. Para una birra da?

Conrado Arranz dijo...

Creo que ese mismo día caí en el Junco por una de esas casualidades, pedí una cerveza helada y cuando me envolví de nuevo en el chambergo rojo, mi libro desapareció. Sobreviví a medio dietario voluble ¿Te suena que él lo tuviera?

Anónimo dijo...

Anda beso, que buen viaje (no es redundancia lo de buen viaje?).

A la que vuelvas: S A K E

muakis.

2Win dijo...

Es posible Conrado. Christian Salmon tiene cosas interesantes bajo la chistera... Seguro que tu libro perdido estaba en su maleta gris. ¿Quieres que se lo pregunte? Con esto de la confianza... Al, si no te veo este año será el que viene. Seguro que será un buen viaje, como los que hago del trabajo a casa, pero un poquito más largo. Ya verás algunas fotos. Me gustan vuestras visiones de este mundo...

Anónimo dijo...

hola saeta esta vez, de nuevo dando en el blanco, es solo que esta vez, la trayectoria bizarra del arpón, describe un color y la real el otro, podrías intentar su vuelo de regreso y tendrías un nueva perspectiva del espacio-tiempo, ¿eres tú la que se mira? ¿Quién detrás de tí narra tu historia? ¿Desde qué lugar salta el Salmón, nadando río arriba? Ahora que viajas en contracorriente, quizás deba pensar que vas a regresar por estas tierras?. Oigo el gong de la viscera..., insondable,(tanto te haces querer!) mientras te veo saltar mares, de vuelta. afectivamente w.m.

2Win dijo...

Viajaré hacia el otro lado, pero te mantendré informado, Walter. Sigo pensando que tengo que volver a Colombia. Fue un hermoso viaje... Y, en parte, lo disfrutamos juntos. Tu poesía siempre lleva el ritmo de tu corazón. ;) Y el espacio-tiempo es lo que nos queda...

Anónimo dijo...

Maldita!!!
Ya tengo el tiempo suficientemente ocupado como para que encima me pongas los dientes largos con un libro... te odio.
^_^

2Win dijo...

Leer es bueno para alargar el tiempo. Ya verás. Métele la dentellada con esos dientes afilados y cuando lo termines ya estaré ahí. Me toca la próxima invitación, que lo sepas, para entrar en varias materias. Trabaja solo lo justo que las horas extras no se cotizan a no ser que sean en beneficio propio. x