jueves, 3 de diciembre de 2009

VIRGILIO PIÑERA

Un humano que quería ser escritor.


"Perdido todo;
le quedaron ciertos libros.
Cerrados, semenjan ataúdes,
y abiertos, cunas propicias".


Así es, un libro cerrado no es más que un volumen que ocupa un espacio sin dueño (¿Será el espacio la excusa para su exterminio?). Para poco sirve si no se abre -aunque en algunas casas lo utilicen para "rellenar" las estanterías, "decorar" las habitaciones, o "calzar" las mesas cojas-. Pero un libro abierto, uno de los buenos, esos que te llevan de viaje, que te enseñan y te conmueven, un libro pensado, realizado con sangre y sudor de un ser que sufre por los demás, que entiende, y que apenas puede hacer más que gritar y vomitar su rabia sobre una hoja en blanco, como así hicieron muchos, Kafka, Gombrowicz, Lezama Lima, Modiano, Mishima... Uno de esos no ocupa, sino que se filtra a través de los ojos y se convierte en materia prima para generar nuevas "ideas" unidas a las que ya lleva uno consigo durante años. Ahora que vivimos perdidos todos (aunque sobre esto habría mucho que decir -más bien ahora nos estamos encontrando, pues antes sí que estábamos perdidos sin darnos ni cuenta-), tan solo nos quedan ciertos libros ¿pero qué libros? ¿Quién los elige? ¿Por qué? ¿Para qué...? Abro libros elegidos, libros queridos, aquellos que pasan de mano y mano y entre medias surge la caricia. Una sonrisa tenue, un ayer. Un poco de Virgilio Piñera. Un poco de amor. Libros y palabras. A veces uno quisiera callar, como así hago durante largas temporadas. Tanta información, tanto destello baladí, tan triste la realidad que nos rodea, tan miserable el comportamiento de los herederos... ¡Siempre tememos ser bombardeados! Lástima.

El jueves 10 de diciembre, a las 19:30, iré a Casa América a escuchar a Andrés Sorel y Antón Arrufat hablar sobre Virgilio Piñera, al que se ha dedicado un monográfico de República de las Letras, la publicación de la ACE. No obtendré más respuestas, pues éstas, se gestan con cierta precaución. Pero será un placer escuchar en boca de amigos las palabras dedicadas a otro grande, otro personaje sensible (pues llega un momento que el humano que quería ser escritor se convierte en el personaje que él mismo ha creado), un Virgilio Piñera pensante, un cubano visionario. Allí nos veremos con el entusiasmo bajo pues, en estos tiempos, debemos cuidarnos de los devoradores y aquellos seres intrépidos que sin escrúpulos quieren comerte las entrañas. Allí nos veremos en silencio, en comunión y sin iglesia.

2 comentarios:

ca dijo...

Allí estaremos y estoy seguro de que será un gran momento... Se echaban de menos tus palabras cibernéticas cuan humanas.

Anónimo dijo...

Ciertamente sueles perderte..., No. que es el silencio una manera de vivir, sino mirá el cuerpo que hace proezas en silecnio absoluto, para que podamos hablar y concitar el espíritu en libertad, hasta hacernos olvidar que existe...que existimos, Te quiero, saeta aún en la ausencia.